Invisible

Voy siempre al lado de ella, pero tú estás hipnotizado mirando sus ojos, su pelo sumamente cuidado, su cuerpo estilizado y esa elegancia que la acompaña donde quiera que va.

No puedo compararme con ella, tampoco está en mis planes intentar superarla. No tengo un estilo sofisticado ni elegante, y aunque me encantan los tacones, apenas los aguanto; apuesto por lo natural y pienso que el maquillaje solo sirve para ocultar las imperfecciones que tarde o temprano acabarán saliendo a la luz.

Solo sé que soy torpe por naturaleza, me tropiezo en lo más llano y algunas veces parece que tengo las manos de trapo; tardo en cogerle el truco a los juegos en general, aunque siempre me gusta intentarlo; me puedo pasar horas hablando, pero también me puedo pasar horas callada; me encanta cantar en el coche, aunque lo hago fatal y a pesar de que me saqué el carnet soy incapaz de conducir. También quiero que sepas que me encanta escuchar, aunque tengo que decir que mis consejos no serán siempre los mejores. Simplemente las horas se me van leyendo...

No puedo competir con su físico, pero si llegaras a tener la paciencia necesaria para conocerme puede que no me quieras dejar escapar jamás.

(Soy esa amiga invisible que la acompaña y que tú rara vez te paras a conocer)