miércoles, 2 de enero de 2013

2º Aniversario


Aún recuerdo lo nerviosa que estaba cuando te dije que sí a esa primera cita, pero aún recuerdo mejor cómo terminó.
Hoy hace dos años desde ese día y la gente dirá que dos años no es nada, que vaya tontería… y tienen razón, porque si pudiera ahora mismo firmaría para pasar el resto de mi vida junto a ti.
Porque cada vez que pienso en ti, lo primero que aparece eres tú despertándome por las mañanas a besos; tú, abrazándome cuando tengo frío; tú, haciéndome cosquillas; tú, escuchándome… Porque recuerdo los enfados que hemos tenido, pero también lo poco que duran, porque no podemos estar serios el uno con el otro.
Cada día tengo más claro lo que quiero y todo lo que quiero, lo quiero contigo.
Porque quiero hacerte feliz, porque nos quedan muchos lugares nuevos que recorrer, muchas experiencias por vivir y mucho tiempo para vivirlas.
A veces no me explico cómo pudo pasar, pero solo puedo darte las gracias a ti, por buscarme, por encontrarme, por insistir, por quererme y, sobre todo, por seguir haciéndolo.
Espero que nunca perdamos la magia en nuestras miradas, que siempre sepamos buscar ese ratito para dedicárnoslo a nosotros y que nunca perdamos la esperanza de que pronto llegará el día que no nos tengamos que decir un te quiero a través de un teléfono.

Te amo cariño y espero poder seguir escribiéndote durante muchos años más.


martes, 30 de octubre de 2012

Ya estoy perdida



Ha llegado ese momento con el que siempre había soñado… Pero ahora, tengo miedo.

Sin duda, la realidad siempre ha superado mis expectativas, y esta vez no iba a ser menos… No sabía que en la realidad iba a tener este miedo.
Miedo, porque ya no me acuerdo de cómo era mi vida sin ti, cómo me comportaba sin ti, cómo me divertía sin ti.
Miedo, porque cada vez que imagino donde estaré dentro de 3, 7, 20 y hasta 50 años, tú apareces dentro de mis planes.
Miedo, porque todas las noches antes de dormir me veo sola en la cama y solo pienso en que quiero que sea cualquier otro día de la semana que pueda estar contigo.
Miedo, porque cada vez que te vas no me quedo tranquila hasta que no me avisas de que has llegado a casa. Me aterra que te pueda pasar algo.
Miedo… Porque no quiero que me pase nada a mí, porque no soportaría la idea de dejarte solo aquí.

Ha llegado ese momento con el que siempre había soñado, ya he encontrado la mitad que me faltaba, y por eso tengo miedo, porque si me faltas, me siento incompleta, sola… Y ya no quiero volver a sentirme así.

(Miedo a que si me faltas algún día ya no pueda volver a enamorarme nunca más, porque estoy perdida sin ti)

miércoles, 29 de agosto de 2012

Un mal día



Primero me tropiezo… Luego me caigo… Y por último me derrumbo.
Todo se vuelve oscuro, y yo sola me voy hundiendo con mis propios pensamientos hasta que, como un rayo de sol (de este sol de agosto) más brillante que las nubes que lo esconden, apareces tú y me levantas.
Voy camino de uno de esos momentos decisivos en las vidas de las personas… de esos que hacen que se quite el sueño, de esos que hacen que tu vida de un vuelco cambiando el estructurado futuro que habías creado (o que estabas en proceso de construir).
Y aunque haya días como hoy, que las nubes no me dejan ver el sol, sé que con una llamada (la acertada), todo volverá a brillar.
Puede que cambie un poco mi futuro a partir del lunes o puede que no, puede que me levante siendo una futura Licenciada y que me acueste siendo una futura Graduada. Lo que nunca cambia es que voy caminando hacia ese futuro cogida de la mano que me levanta, de la que aparta las nubes para que yo vea el sol y que no pienso soltar jamás.
           
Gracias por tus ánimos en estos momentos y siempre.



miércoles, 4 de julio de 2012

Juntos


Solo conseguiremos nuestros sueños
Si luchamos por ellos
                                   


miércoles, 2 de mayo de 2012

Feria de abril 2012


Otro año más…
Otro año más hemos visto Sevilla vestida de lunares y este año, por fin (y gracias a ti), a mi también.
Otro año más hemos bailado al compás de las sevillanas, y cada año estoy más segura de que nunca me cansaré de bailar contigo.
Otro año más hemos vuelto a pedir un deseo bajo las cientos de luces de la portada, y este año con la seguridad de que se volverá a cumplir (por lo menos el mío).
Otro año más nos hemos agarrado de la cintura y paseado por toda la feria, disfrutando el uno del otro y espero que así sea durante muchos años más…

Otro año más… de los otros tantos que nos esperan.

viernes, 2 de marzo de 2012

Reunirme con mi estabilidad


Alguna vez me has preguntado que cómo sabía si estaba enamorada… Bueno, es algo que no sé muy bien cómo explicar.
Si preguntas a los demás, supongo que te dirán que se está enamorado cuando se sienten mariposas en el estómago, aunque en mi opinión eso es una respuesta demasiado idealista.
Yo lo relacionaría con la necesidad, la necesidad de ver, tocar, tener cerca, besar… Una necesidad que te hace ver lo sola que estás por las noches en tu cama.
También lo relacionaría con el miedo, ese miedo que te hace pensar qué pasaría si le pasara algo a la otra persona; el miedo a perderlo y no saber imaginar tu vida sin ella. Ese miedo que hace llorar solo de pensarlo.
Y, como no, también lo relacionaría con la felicidad. Con las sonrisas de las miradas, con las que aparecen sin querer y las que aparecen queriendo. Con esa sensación de paz interior cuando estamos juntos y cuando desaparecen la necesidad y el miedo.
Porque yo “traduciría” enamorarse como el contraste, la inestabilidad de estar solos con la estabilidad de estar juntos.

(Siempre tengo ganas de que sea viernes para reunirme con mi estabilidad)

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sábados


Me echo junto a ti y te abrazo… te beso… te doy todos esos besos que no te he podido dar entre semana… y siento que ya no puedo parar.
Cierro los ojos porque todo lo demás me sobra y si los abro es para mirarte a ti.
Te rodeo con mi brazo derecho mientras que el izquierdo juega con tu nuca, tu pelo, tu cara… y tu mano derecha se desliza suavemente desde mi espalda hasta mis piernas, mientras que la izquierda me aprieta contra ti.
Siento que no puedo despegar mis labios de los tuyos (no quiero que te escapes), y te beso, te beso y tú, tú me comes, me comes a besos… y poco a poco, rozando nuestros cuerpos semidesnudos, bajamos nuestras manos hasta que rozamos los elásticos de la ropa interior, y más… Me acaricias y te acaricio, con todo el amor y todo el respeto que nos tenemos el uno al otro, pero yo ya no puedo ni pensar… y solo te escucho respirar.
Nos desprendemos de lo último que nos queda (y por mi parte de un poco de la poca vergüenza que me queda, también) y nuestros cuerpos, por fin libres, no temen el rozarse, el sentirse, el unirse.
Sin dejar de besarme y abrazarme te pones encima de mí, y yo relajo mis piernas buscándote, estás cálido como la arena  de la playa y tu cuerpo, al igual que las olas, entra y sale de mí… te rodeo con mis brazos, te rodeo con mis piernas, te rodeo…porque necesito sentirte muy cerca.
El cuerpo se me eriza, me abrazas con fuerza por la cintura y te acercas y, entre el silencio y los gemidos de la noche, me susurras al oído: “te quiero, Sara”.
Se me nubla la mente, mi corazón se dispara y la única fuerza que encuentro es para abrazarte y besarte más y más y más…
(Y ya solo pienso en ser tuya para siempre…)